Nada vi, más allá de todo el atardecer confinado entre sombras.
Nada vi y todo lo absorbieron mis ojos, hasta rescatar su presencia de equilibrista.
No era imprescindible, o quizá si, ella detuvo su vuelo en un ángulo de la penúltima rama.
Yo, detuve mirada y cámara en el mismo lugar...entonces fue inevitable el encuentro.-
mao.
sólo tu aleteo, un corte a la brisa que pugnaba suavemente por pasar... PH mao. |