Las cosas que me gustan...

  • Me agradaría saber que pertenezco a una especie que fuera capaz de respetar la vida en todas sus expresiones y convertir al Planeta en un gran hogar para todos...

domingo, 17 de septiembre de 2017

Embeleso.

En puntas de pie subió los escalones.
Y a la par, la música del arpa, como embrujada,
invadió el recinto, abarcándolo íntegramente.

Una figura delgada, un rostro pálido, un vestido blanco.
 El arpa, dorada.
La sala embelasada, los sonidos llenos de magia.

Algo nórdico, un toque francés, y las manos...
esas hadas lánguidas revoloteando sobre las cuerdas.

Al final de la escalinata detuvo sus pasos.
Se sentó, despacio.
Absorbió sonidos, tonos, colores.
Y se dejó atrapar, con total entrega.

Y a continuación fue un dúo.
Y como cierre un quinteto, diez manos aladas
flotando en el aire, dibujando melodías,
disolviendo el tiempo, hechizando instantes.

Y como casi siempre el final ingresa.
Aplausos, cerrados aplausos.
Emoción profunda.
Reconocimiento.
Reverencia al talento.
Sensibilidad manifiesta.
Prodigios.

Y tomó su bolso, incorporándose.
Y bajó la escalera en medio de la gente.

La sala de conciertos quedó en silencio,
despoblada de voces, a oscuras.

Junto a las estrellas, titilantes y lejanas,
una estela melodiosa envolvió su mirada.

Miraba hacia adentro,
profusa de recuerdos,
envuelta en un aura etérea...
tan fugaz como esa estrella -pensó-
así es la vida.***
                                                                       mao.

¿Quién será el dibujante -se preguntó- que dibuja los trazos de la poesía?

sábado, 2 de septiembre de 2017

"Enhebrando despedidas".

Aún escucho las voces, las risas, los pasos...y recobro el tiempo que nos unió.
Desapareció.
Del espacio físico desapareció.
La vieja montura, los arreos de cuero, las fustas...
Flotan en el aire, fantasmales.
Por el campo verde vuelan las aves blancas.
Marchitos, los pasos se detienen.
No están, no vendrán...¿no ves acaso que no llegarán?
El tren pasa, inmerso en su cadencia de rieles y soles.
Ha pasado...no regresará.
La cocina a oscuras se enciende de luces,
se entibia de brasas, se puebla de voces.
¿No sabes acaso que no volverán?
El jardín vacío de flores y nidos, de golpe 
se trueca en trinos y colores.
Florecen las fresias, la fortuna, la nácar,
cascadas naranja, macetillas, brujitas.
En gráciles vuelos pasan picaflores.
¿No entiendes...? No están.

Cruza la laguna la luna de plata.
Cruza por su rostro un mantón de lágrimas.

Y se queda así...
fabricando sueños de memoria viva,
tejiendo las hebras del propio destino.***

                                                                    mao.