Y era tal su desasosiego..
lo vi avanzar por la vereda, bamboleante,
inseguro.
Un grupo de gente charlaba, no se si amistosamente.
Él titubeó, luego pasó entre la gente,
los miró, pero nadie lo miró a él.
Siguió su marcha. Pasos cansados.
Rostro cansado. Mirada perdida.
Esperanza ausente.
Caía el rocío tenue sobre la plaza.
Un grupo de adolescentes fumando,
sólo estando.
Las alumnas de la clase de danza.
Atrás quedaban los taconeos, los quiebros,
castañetas, giros, vueltas.
Risas. Despedidas.
Cada quién a su coche.
Cada uno a su casa.
Y vos...ahí, color canela, ponchito desteñido,
cadera marcada por el hambre,
a todos mirabas, ojitos asustados,
insistente esperanza.
Nadie te miraba.
Sólo yo te vi...
y no pude hacer nada.
La noche. La luna. La calle.
La gente.
El frío. El hambre.
El dolor.
La ausencia. El vacío.
Vivir, estar vivos.
Y la indiferencia que todo
reduce a la inexistencia.
Y yo me pregunto qué hacer,
dónde, cómo...
urgen las preguntas
faltan soluciones,
la eterna cadena repitiéndose.
Siento las tenazas en mi corazón.
Quisiera poder más.
Y tan sólo puedo tan poco...***
Texto: M.A.O
"Calle abajo" - JM Isla Fotografía. |
Ultimamente paso bastante en mis paseos con bici por una zona boscosa de la Sierra de Collserola -parque que delimita por la parte oeste mi ciudad- donde está ubicada la perrera municpal. Por allí continuamente te encuentras con personas que pertenecen a un voluntariado que se dedica a sacar a pasear a los perros ingresados en aquellas instalaciones. Se les reconoce porque portan un peto de color naranja luminoso. Hace ya unos años que funciona el sistema con grandes beneficios tanto para los animales como para las personas que se ofrecen para ese servicio, por el cariño y la compañía que se prestan. Sin duda no es la situación ideal para esos animales pero es algo que ayuda mucho a mejorar su calidad de vida. Me pareció tristísima la escena que aquí describes. Espero que situaciones como esas sean lo menos frecuentes posibles y lleguan a erradicarse. Aquí donde vivo por fortuna ya no te las encuentras como hace años si sucedía. Sí que a veces viajando por carretera te encuentras con perros abandonados o perdidos en estado lamentable.
ResponderBorrarMis mejores deseos.
J.
¡¡ Puedo imaginar la belleza de esos paseos en bici!! Por estos pagos se continúa luchando por generar mayor conciencia. Hay muchos protectores independientes y también agrupaciones. En algunas ciudades existen refugios, aunque no siempre con los mejores resultados. Lo más importante es lograr tenencias responsables y realizar castraciones para evitar que las pequeñas crías queden a la deriva...suelen verse imágenes muy tristes de abandono y maltrato. Los municipios tienen centros antirrábicos en los cuales -ayudados y asistidos permanentemente por protectores voluntarios- se hacen vacunaciones y se esteriliza gratuitamente...pero no alcanza, falta una toma de conciencia real y puesta en práctica de acciones más efectivas y masivas de concientización, campañas que esclarezcan y sensibilicen sobre la temática. Desde los voluntariados se trabaja muchísimo. En internet hay páginas dedicadas a mejorar y fomentar el amor por las diversas especies vivientes...pero los hombres...ay con nuestra especie...cómo nos cuesta!! Me alegra muchísimo la situación que existe allá, por tu ciudad. Claro que sí, cuando ayudamos a alguien -en este caso a un animalito- nos estamos ayudando. Quizá cuando aprendamos a convivir entre nosotros, quizá llegará ese día...y entonces, tal vez, también aprendamos a convivir con los demás seres vivientes. ¡Muchas gracias por tus palabras querido Jan!!
ResponderBorrarAbrazo!