El silencio era casi patrimonio
de aquellas madrugadas frías.
Dormía el pueblo entero
sueños de horizontes lejanos,
personajes diferentes,
días sin rutina.
Él, despertaba antes,
mucho antes de que todo despertara.
Ardían discretos los leños en
la pequeña salamandra.
La pava hacía ese ruido
particular, único, acercándose
al justo punto...antes del hervor.
El mate, amargo.
Papeles, boletas, documentos.
Manos de dedos gruesos, toscos,
pero seguros. Incapaces de tocar
un piano. Ejecutivos en su oficio.
Oficios...profesiones....opciones...
prisiones.
Y alguien le había dicho que ella
corría en aquel patio.
Lo recordaba. Cuando ella murió
sólo tenía cinco años.
Creyó haber olvidado. Vivió.
Derribó barreras. Construyó.
¿Fue feliz...? No lo se...no lo supo.
El mate. La pava. Los números. La radio.
Madrugadas de pueblos chicos
con cielos azules, con muchas estrellas.
Gallos despertando el día.
Jardines con malvones y cascadas con picaflores.
Bares en algunas esquinas.
Domingos de carreras y cantina.
Sulkis tirados por caballos zainos.
Billar. Truco. Caña.
Camisa celeste. El viento. Los recuerdos.
El dolor. La sangrante cicatriz.
Verano con madrugadas sin luna.
Sopor.
Miró sin ver. No dijo adiós.
Se columpió de puro hartazgo.
Y se marchó para siempre.
Tarde de sol abrasador.
Tumbas blancas. Cipreses verdes.
Arrullos tristes de palomas grises.
Le dije adiós...***
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..No se si existías.....o te imaginé...
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...pero sigo esperando tu regreso.... Pintura de Julio Lorente. "Silencio."
TEXTO: M.A.O |