Escindida de si no supo
si era ella o su reflejo.
Con las pestañas atravesó
el cristal,
pero quedó suspendida
en el inicio.
El inicio era un punto
indeterminado,
un anclaje a la cordura,
una rueca de hilado
repetido...
era eso, sólo un punto.
Un punto no geométrico,
un atisbo de entendimiento,
un maremoto de locura,
el escarmiento de los
sueños,
la antesala del delirio,
la escisión no deseada,
la caída súbita,
el arrojo en giros,
el llanto roto,
los pañuelos estrujados,
las manos enguantadas,
una mano fina,
un guante de encaje,
de encaje negro,
una rosa negra,
de terciopelo negro,
en una negra noche,
una noche sin luna...
Sin luna. Luna mía.
Ni mía...ni tuya,
de nadie.***
mao.
Allí...donde todo era de sólo ser... |