Nada como andar esos espacios de todos y de nadie,
serpenteantes, escurridizas, alcanzables, esquivas.
Adoro caminar por calles desconocidas a mis ojos,
ir a un lugar previsto por sitios imprevistos.
Dar vuelta a una esquina, sorpresa, olores nuevos,
reminiscencias, nada es igual, algo se parece....
Un balcón, una hamaca de dos, una manta olvidada,
les chiens detrás de las rejas, jardines floridos, ventanas cerradas.
Detrás las conversaciones, fragmentos de voces, diálogos deshilados.
Alguna congoja simple y etérea.
Sobre el cordón unas bolsas oscuras de basura.
Autos nuevos. Autos viejos.
Bajar en la parada y el colectivo alejándose.
Girando hacia el sur las veredas limpias, dos chicos charlando,
las ventanas metálicas de la escuela nueva.
Al norte un baldío, un perro batata cruza, sin apuro.
Un árbol florido de flores rosadas.
Murmullos de barrio. Convulsión momentánea.
Sereno domingo de calles vacías.
La gente en el parque, los cines, los shopping.
Me espera la lenta mirada que mira,
ojos descansados, vivaces, curiosos, brillantes,
arrasadores de luz, de rincones escondidos, olvidados, invisibles...
Cada centímetro cuadrado una sorpresa, algo por descubrir.
Raúl Russo. Paisaje urbano. Iglesia de San Agustín. l949. |
Spilimbergo. Paseos imaginarios. |
Jorge Dandolo. En esta tarde gris. |
Azar de tierra, canto rodado, cinta plateada de asfalto.
El cielo vestido de gris con plumones blancos.
Promedia la tarde.***
Poesía: M.O
Pinturas: Pintores argentinos y .
latinoamericanos.-