Las cosas que me gustan...

  • Me agradaría saber que pertenezco a una especie que fuera capaz de respetar la vida en todas sus expresiones y convertir al Planeta en un gran hogar para todos...

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Desencuentros...

 Temprano escuché una noticia que movió todos mis razonamientos respecto de la navidad. La periodista relataba -como novedad- que el Papa encenderá este año el "árbol más grande del mundo" y, oh sorpresa! lo hará apretando un botón, sólo un botoncito y el mentado árbol mostrará al mundo su esplendor desde la ladera de un monte, allá en Italia. El caso es sólo anecdótico y un disparador para mis reflexiones acerca de esta temática, no importa el credo, la filiación, la raza, las circunstancias. Siento que para esta fecha se acumulan en mi mente -y también en mi corazón- un sinnúmero de ideas, bastante confusas, difícilmente conciliables entre si...Cuentan que Jesús nació en un pesebre, en la más absoluta de las pobrezas, sin embargo hoy la celebración de la Navidad -el advenimiento de Cristo al mundo- está cada vez más inmersa en una avalancha consumista, de ostentaciones, superficialidades sin fin, mucha materia y poco espíritu, según mi óptica. Hay una manía de descartar todo lo que ha sido previamente usado, utilizar hasta el hartazgo personas y cosas, comprar por comprar, abarrotarse de alimentos que -en el caso de nuestro país- muchas veces ni siquiera responden a nuestras propias tradiciones sino que se importan otras costumbres, sin tener en cuenta las diferencias climáticas, culturales y de idiosincrasia. Para mi lo más doloroso es ver que, mientras un sector minoritario de la población mundial no sabe ya qué hacer con su dinero, como invertir en mayor fastuosidad, lujos sin nombre y placeres exhorbitantes que, por supuesto, no lograrán calmar el deseo irrefrenable de tener y tener, aunque el vacío interior sea cada vez más ancho e inabarcable...pienso que, al igual que la fabricación de armamentos, la "invención" de guerras y toda clase de "emprendimientos" destructivos, evidencian de por si que, como humanidad, seguimos a la deriva...Volviendo a la tecla de computadora que pulsará el Papa me remito a pensar por qué no se podría, también a través de una simple tecla, enviar comida sana y abundante a las zonas de mayor pobreza, dotar de los elementos necesarios para la prevención de la salud en las poblaciones vulnerables, repartir los bienes entre todos, y -por qué no?- eliminar para siempre las diferencias de categoría entre los seres humanos. Bienvenidas las diferencias que suman, que enriquecen, las que nos obligan a mirarnos entre nosotros, las que habilitan el diálogo y la construcción....se que hay miles que lo intentan, quizá sean más que la minoría que sólo se ocupa de su propio "ombligo"...pero qué poderosos son desde ese pedestal de barro con el cual se protegen -supuestamente- de su propia corrosión. Me niego a aceptar este estado de cosas como algo natural, creo que tiene que existir una salida para todos, como especie, como humanidad pensante, como propietarios de una razón que, a la vista está, no nos ha servido de mucho si no ponemos también el otro lado, las emociones, la espiritualidad, la mano que se extiende desinteresadamente, la sonrisa que se ofrece como rocío de la mañana, la solidaridad en cadena, la esperanza que une y fortalece....en fin...a veces acepto mi condición humana y otras me rebelo contra la injusticia naturalizada, el despropósito descarnado, la impudicia del poder y el dinero. Se, porque aprendí, que no cambiaré al mundo, sólo se que puedo en mi y en lo que me rodea (y tampoco me siento omnipotente respecto de ésto), trato de pisar sobre la hierba y no sobre la podredumbre, trato de que no se anquilosen mis sentimientos y emociones .....trato de ser, y sobre eso no hay transacción posible.***
..ese cielo...que no alcanza....
                   M.A.O   (texto y foto)




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