Las cosas que me gustan...

  • Me agradaría saber que pertenezco a una especie que fuera capaz de respetar la vida en todas sus expresiones y convertir al Planeta en un gran hogar para todos...

sábado, 28 de abril de 2012

A la vera de sus lágrimas...

...Acerca del desencanto, así planeaba su pensamiento;
y alguna vez se pensó eterna, indivisa, poderosa,
hubo instantes libres de amenaza, exentos de la crueldad
y el deterioro...
Sentada en aquel sillón, que de golpe era tan grande, sobraba por todos lados, a ella, que supo de expansiones varias, dinamismo, libertad de acción.
Un día se filtró el dolor, lo hizo subrepticiamente, dejó helados
a la planificación, proyecto de vida, voluntad resplandeciente.
Idas, venidas, consultas, esperanza, desconsuelo.
La calle, esa extraña, esa musa inesperada, la asombrosa.
Alguna vez le dijo que no podría, que no, que no...sin embargo
a las palabras las tragó el destiempo, cayeron, se deshicieron, pereció el discurso al envés de la vereda.
La ventanilla era la gran pantalla, allí surgían imágenes, y más...y más...de filo la luz, de canto las sombras. Le pareció que un coro de pájaros la alentaba desde la cornisa.
Y el abismo no era tal, era profundo, giraba, un caleidoscopio.
Traspasó la pared, la pared era blanca, luego azul, por último incolora.
Qué fue, qué....se preguntó sin prisa, ahora que navegaba en una barca pequeña, bamboleante, acomodándose al oleaje.
Los concertistas del agua tocaban sólo violines. No le sorprendió.
Debió pasar. Los remos eran lianas. Las lianas, cordeles.
Los cordeles eran hilos....de rojo bordeau. Sus venas.
Por la ventana, desdibujada, aparecieron lunas, muchas lunas.
Era un brazo quebrado la rama. El follaje era un abrazo.
Refugio, puerto, bahía, iceberg. 
Todo fue vorágine entonces, como caída de meteoros, como latigazo.
Hay un antes e infinitos después. También los antes se multiplican. 
Nada es como quiso. Todo es nada. Vacío. Incontrolable filo al ras del tiempo. 
Hubo un esbozo, un bosquejo. Quejidos. Llantos.
Preguntas. Preguntas. ¿Y por qué tendrían que existir todas las respuestas? Algo es irreconciliable, como el rostro y el espejo.
Olas de plata y espuma. Pez que evita la carnada, tan obvia.
Un infinito chal de estrellas abriga la soledad del firmamento, que tiene frío, que tirita, como ella en la vieja hamaca que oscila en medio de la galería despoblada de veranos, habitada de recuerdos.
Que duele, se dijo. Y montañas de hojas sepultaron su voz.
Tras del crujido final nació el presente, se alborotó la luz. 
Sobre la mesa comida humeante.
Chisporroteaban fuego los leños.
Sintió sus huesos, eran los mismos y eran otros.
Los perros ladraron a viva voz. Cayó de bruces. Calló su voz.
Se marchó.***



OSWALDO GUAYASAMÍN. "EL DOLOR"
Pintor ecuatoriano.


domingo, 15 de abril de 2012

Perlas ambarinas. Ocre...



Tapiz, pastizales,rosa, blanco
y abreviaba la luna su paso por mi cielo...
Alguien pasaba, otros no lo hicieron,
algunos pisaron antes el suelo que ahora
mi huella marca.
El roce, el suspiro, la mirada que busca,
el sesgo que aventura,
pasajeras, las nubes no buscan, ni encuentran.
Era la brisa, esa viajera, y yo creí
que su caricia era sólo mía, sólo por creerlo,
no por apropiarme, no por poseerla.
Trinos. Gritos. Campanadas  de un son 
en las mañanas de domingo.
Y era la incertidumbre horadándolo todo. 
Gris más gris. Herrumbre.
En los costados del camino derramábanse 
las gráciles danzarinas de los altos y espigados álamos.
Camiones veloces. 
Automóviles veloces.
Veloces motonetas.
Y detuvo el dolor todos los instantes.
Sólo se manifestó, así, plenamente.
Y desaparecieron de repente los pájaros del cielo.
Sin gritos.
Sin preguntas.
Sólo y tan sólo eso: dolor.
Un universo en sí mismo.
Un por qué sin respuesta.
Lacerante y certero.
Inesperado.-

JUAN LOBILLO CORBACHO. Mirando el campanario.

Texto: M.A.O

domingo, 1 de abril de 2012

Postales...

   Ellas estaban allí, desde mucho antes, no se cuánto....pero estaban ahí cuando mi mirada se posó en sus luminosos destellos...a veces pienso que todo está ahí...luego lo descubro, como por sorpresa..




   Hay desamparos dolorosos, creo que todos lo son, algunos más que otros y dependiendo de quién evalúe la situación. Era mediodía, en la ancha avenida el tráfico de camiones no tenía pausa, mezclados, zizagueantes, iban motos  y otros vehículos. Cruzar de un lado al otro insumía un tiempo de meditación previa, observación atenta y velocidad de reacción. Claro que, sin duda, todo eso le estaba vedado. ¿Acaso se puede ser ágil con una mano averiada? Si, yo podría haberlo sido pero él no, sus manos eran también puntos de apoyo.
   A pesar de todo cruzó con empeño, un motociclista le cedió el paso, los lomos de burro contribuyeron. La otra orilla, lejana y futurista fue por fin refugio seguro...o no tanto tal vez, pero al menos transitorio enclave para el descanso.
   Siempre albergo la ilusión de que tengan un sitio, un lugar de llegada, un hogar...y me quedo mirando, atisbando puertas, rejas que pueden abrirse, voces llamando...pero nada, nada de eso sucede...
   Oídos atentos, expresión de súplica resignada y luego echarse allí, donde quepa el cuerpo, donde dan las fuerzas, en un remanso donde la indiferencia se hace cómplice obligada, mientras nadie lo ve descansa...Y pasan, vuelven a pasar, inútilmente espero que alguien más lo vea, un registro, un gesto....nada...
  En la estación de servicio la cola de autos y camiones ha aumentado. El colectivo urbano se demora tanto, pero tanto, que sopeso la idea de marcharme caminando. Mientras tanto te observo. Ha venido alguien, alguien ha salido, nadie te ha mirado...con esfuerzo cambiaste de lugar, te echaste como bolso desinflado...creo que más te dolió la indiferencia, como a mi.
   Sobre los techos de las casas con rejas negras y paredes pintadas de verde y salmón las copas frondosas se elevan, amarilleando.
   Unos y otros se cruzaron, sin verse. A todos los vi, nadie supo que estabas allí. Quizá fuera mejor, te hubieran arrojado con cajas destempladas. Pero era tu futuro lo preocupante..en aquel sitio, tantos peligros, acechanzas..qué hacer, hay veces en que es casi nulo el espectro de acciones posibles. Sólo pensé que contactaría con alguien que conozco y vive cerca -solución indeterminada-. 


Can 3. Sebastián Chillemi. Técnica mixta.
   

   El rojo colectivo asomó en la curva. Subí. Volví la cabeza y miré por la ventanilla, ya no pude verte más. Me pregunto qué habrá sido de vos en esa vereda, ese mediodía de otoño, con ese cielo tan celeste acunando tu infinita soledad...***

                                                                    Texto: M.A.O