Todos los objetos giraron y cayeron sobre ella.
Hablaban sin pausas, superponiéndose.
Extendió sus manos procurando tregua.
Ordenó despacio, cada cosa, lentamente.
Acarició los pliegues de la ropa.
Un saco gris de lana la espiaba...como preguntándole.
El tic-tac del reloj la devolvió al presente.***
Texto y fotografía:
mao
y pasado el tiempo seguí encontrándola, aún cuando su voz era sólo un eco... |
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