Las cosas que me gustan...

  • Me agradaría saber que pertenezco a una especie que fuera capaz de respetar la vida en todas sus expresiones y convertir al Planeta en un gran hogar para todos...

lunes, 28 de noviembre de 2011

Arrebato...

Se presentía, pero llegó de golpe. 
Un viento huracanado la precedió.
En el alto tinglado las canaletas iniciaron un fortísimo tamborileo.
Goterones aislados caían, sonoramente, sobre las chapas de la galería.
Ellos también lo sabían. Por eso buscaron refugio, pronto, urgente.
Los árboles bailaron una danza desesperada, agitando sus ramas sin decoro.
Un fuerte olor a tierra reseca se levantó en el aire. Hubo un momento previo en el que todo pareció detenerse.
¡Frágil suspenso!
Un ancho listón color tiza se abrió paso entre el nuberío gris.
Luego...la furia del agua. 
Abatimiento resignado  de todo lo viviente. Intervalo de espera y resistencia.
Las ráfagas de viento marcaron oleajes de gotas unidas.
Arreciaba la lluvia.
Una canción de los '70 en la radio. Comprendí que, asi como llega, todo pasa.
En un círculo perfecto se alinean los instantes de cada existencia.
Aún me sorprende que todo se repita y sea tan diferente cada vez.
Se volvió serena la furia, transformándose en lenta caricia de agua.
Es brisa.
Es suave.
Esconde y muestra sus múltiples caras..."es la vida que me alcanza..."-dice otra canción...y rezan canciones mis labios.
Hay un sitio que encuentro pocas veces. 
He cerrado las ventanas.
Afuera han quedado la lluvia y el mundo. Dentro de mi el planeta, infinito.
   No lo olvido.
Siento la ráfaga violenta abatiéndose sobre mi, aquella noche.
Y él, azuzando caballos blancos.
Serpientes brillantes electrizaban el aire. Por entonces el miedo nos inundó por dentro y por fuera.
Pero todo pasó...porque todo pasa.
No es estática el agua espejada del aljibe del antiguo patio.
No es la misma el agua que fluye de la vertiente en la barranca.
Soy como ellas...
   Un trueno irrumpe en medio de la mañana.
El barrio se recluye. Los loritos verdes han suspendido su incesante cotorreo. Sólo la radio sigue, impávida.
Veo libros, descansando en las repisas. Hay uno, que me hace guiños, desde su laxa posición, junto a mi.
Truenos. Lluvia. Truenos.
¡Es tan acogedor sentirse detenido en el tiempo! como refugiado...Pero todo pasará...porque todo pasa.
   Ruge el cielo y se apagan todas las luces. Sólo se escucha la agitada lluvia sobre todo lo demás...lo demás somos nosotros, los otros y las cosas. Aunque la taxatividad es sólo para la escritura.
   Poco a poco el ritmo vertiginoso se convierte en suave cadencia.
Tras los cristales resurgen los colores. Lento renacimiento..
Lejos quedó la efervescente tormenta.
Imposible de callar. Hay un gozo profundo de la vida. Le printemps se vuelve caleidoscopio y magia.
Pero pasará....como todo....pasa...***


                                                              Texto: M.O
                                                              Fotos: M.O




Aclaración: la diferencia de tamaños de las letras no fueron buscados por mi. Cuestiones de Blogger....supongo...

domingo, 27 de noviembre de 2011

Contemplaciones...

Te

veo...


                     lejano y distante.....


despidiéndote 


de mi......


VI

¡Ah, principito! Así, poco a poco, comprendí tu pequeña vida melancólica. Durante mucho tiempo tu única distracción fue la suavidad de las puestas de sol. Me enteré de este nuevo detalle, en la mañana del cuarto día, cuando me dijiste:
- Me encantan las puestas de sol. Vamos a ver una puesta de sol....
-Pero tenemos que esperar...
-¿Esperar qué?
-Esperar a que el sol se ponga.
Al principio pareciste muy sorprendido: luego, te reíste de ti mismo. Y me dijiste:
- ¡Me creo siempre en mi casa!
En efecto. Todo el mundo sabe que cuando es mediodía en los Estados Unidos el sol se pone en Francia. Bastaría poder ir a Francia en un minuto para asistir a la puesta del sol. Desgraciadamente, Francia está demasiado lejos. Pero sobre tu  pequeño planeta te bastaba mover tu silla algunos pasos. Y contemplabas el crepúsculo cada vez que lo querías.
-Un día, vi ponerse el sol cuarenta y tres veces. 
Y poco después agregaste:
-¿Sabes?... Cuando uno está verdaderamente triste son agradables las puestas de sol...
-¿Estabas, pues, verdaderamente triste el día de las cuarenta y tres veces?
El principito no respondió.

Texto: "El principito" - Antoine de Saint-Exupéry - EMECE EDICIONES. EDIC.1975

Fotos: M.O

jueves, 24 de noviembre de 2011

Si...

   Es un día soleado, soleadísimo.
   A lo lejos los teros en el campo.
   Recién, frente a la compu, alargué mis oídos (el izquierdo, más precisamente)...y escuché las ranas, las pequeñitas.
   ¡¿Ranas?! Si, las que anuncian lluvias, croaban -no las soñé- croaban en realidad. Aunque entre el sueño y la realidad hay una delgada capa...misteriosa.
   Pensé en lo mucho que adoro a los grillos, cantan por horas. Son expulsados de todas las casas. Ellos hacen caso omiso: se quedan igual.
   En el lapacho rosa andaban los picaflores -¡tan bellos! ¿quién no lo sería si sólo se alimentara del néctar de las flores?
   Es un prodigio. Al igual que el viento en las hojas. al igual que la sangre que se desliza por mis venas y las mariposas anaranjadas que se alimentan de las hojas del mburucuyá.
Veo verdes intensos.
Celeste pálido el cielo.
La tarde avanza. Y yo me quedo aquí. Y leo: "últimos descubrimientos científicos en las entrañas del Planeta. Los misterios encerrados en el corazón de la Tierra." 11 de septiembre de l983. Siglo XX.
Y pienso que si, que nací el siglo pasado y que aún no he leído en ninguna parte: "Los misterios encerrados en el corazón del hombre".
Gira la mariposa del color de las naranjas del árbol de la casa de mi hermano.
Suena el teléfono. Atiendo...nada importante.
Así y todo la tarde dejará de serlo.
Así también las ranas seguirán croando.




E.Monet.

Así, resulta inevitable pensarte.***


                                                   Texto: M.O

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Retacitos....por aquí anduvieron mis ojos.....

Los libros son como ojos cerrados....se abren parcialmente o de par en par ante la mirada del otro, en este caso el lector/a.......


     Manolios se calló. La voz le comenzaba a temblar. Sus amigos se acercaron a él aún más en el banco, preguntándole ansiosos:
-¿Quién era?
Manolios vaciló un momento. Al fin, tranquilamente, como cae una fruta madura en el jardín durante la noche, su palabra cayó:
-Cristo.
     Los tres se sobresaltaron. Cual si de improviso hubiera aparecido entre ellos, en la oscuridad, triste, pobremente vestido, perseguido por los hombres, sangrándole los pies de caminar, un refugiado, Cristo.
Con terror y alegría, sentían en medio de ellos la invisible presencia. Durante largo rato no pudieron pronunciar palabra. ¿Qué hubieran dicho? ¿Hacia quién dirigirse? ¿A quién hablar? no veían a nadie. no obstante, nunca ningún cuerpo les había parecido tan real, tan palpable, como esta presencia invisible, la cual, revestida de humilde apariencia humana, estaba allí en medio de ellos.
     Fue Yannakos quien primero abrió la boca, gritando y con los ojos fijos en la oscuridad:
-¿Quién está ahí?- ¿quién está ahí?-repitió avanzando la mano. 
Las hojas de la higuera se movieron. de nuevo la noche se colmó de perfumes -cereales, madreselva, higos maduros-. Al aspirar profundamente este aroma, los cuatro sintieron que descendía y se infiltraba entre ellos de la cabeza a los pies la presencia invisible. Recordaron que siendo niños y conservando todavía el corazón puro, este mismo ser invisible entraba en sus almas y tomaba posesión de ellas, el Jueves Santo, al comulgar.
     
         Fragmento de "Cristo de nuevo crucificado", de NIKO KAZANTZAKIS. Edic. Carlos Lohlé.Bs.As.1963.
                                                                     ---


(...) El caso invita a conjeturas de índole metafísica. Umar profesó (lo sabemos) la doctrina platónica y pitagórica del tránsito del alma por muchos cuerpos; al cabo de los siglos, la suya acaso reencarnó en Inglaterra para cumplir en una lejano idioma germánico veteado de latín el destino literario que en Nishapur reprimieron las matemáticas. Isaac Luria el León enseñó que el alma de un muerto puede entrar en un alma desventurada para sostenerla o instruirla; quizá el alma de Umar se hospedó, hacia 1857, en la de Fitzgerald. En las Rubaiyat se lee que la historia universal es un espectáculo que Dios concibe, representa y contempla; esta especulación (cuyo nombre técnico es panteísmo) nos dejaría pensar que el inglés pudo recrear al persa, porque ambos eran, esencialmente, Dios o caras momentáneas de Dios. Más verosímil y no menos maravillosa que estas conjeturas de tipo sobrenatural es la suposición de un azar benéfico. Las nubes configuran, a veces, formas de montañas o leones; análogamente la tristeza de Edward Fitzgerald y un manuscrito de papel amarillo y de letras purpúreas, olvidado en un anaquel de la Bodleiana de Oxford, configuraron, para nuestro bien, el poema.
     Toda colaboración es misteriosa. Ésta del inglés y del persa lo fue más que ninguna, porque eran muy distintos los dos y acaso en vida no hubieran trabado amistad y la muerte y las visicitudes y el tiempo sirvieron para que uno supiera del otro y fueran un solo poeta.

        Fragmento de "El enigma de Edward Fitzgerald", de JORGE LUIS BORGES. Antología personal.
La Biblioteca Argentina. Serie Clásicos. 2001.Edit.Sol 90.


ni míos, ni tuyos.....

de todos y de nadie.....
                                                                                                                                                                                                                               
---
(...) Un día, a través del ensayo de Cozarinsky sobre Borges y el cine, descubrí al autor de el Aleph. Compré sus cuentos en la Librería Española y leerlo fue toda una revelación para mí, me impresionó mucho sobre todo la idea -hallada en uno de sus cuentos- de que tal vez no existía el futuro. Era la misma que había encontrado en el libro de Miller sobre Rimbaud. Quedé de nuevo perplejo ante esa negación del tiempo, en este caso ante la refutación del tiempo que podía encontrarse en un escrito sobre el Orbis Tertius, el axioma más importante de las escuela filosóficas. Según este axioma, el futuro sólo tiene realidad en la forma de nuestros miedos y esperanza presentes, y el pasado sólo tiene realidad meramente como recuerdo.
     El pasado es siempre un conjunto de recuerdos, de recuerdos muy precarios, porque nunca son verdaderos. Acerca de esto le oí decir algo muy bello y conmovedor a Borges. Se lo oí decir en una conferencia secreta que él dio en Zékian, una librería clandestina que se hallaba en la segunda planta de una casa de la rue Littré. Fue el propio Cozarinsky quien me puso en la pista de esa librería secreta.
     Fui a Zékian sin futuro y salí sin pasado.
     Escuché a Borges decir que recordaba que una tarde su padre le había dicho algo muy triste sobre la memoria, le había dicho: "Pensé que podría recordar mi niñez cuando por primera vez llegué a Buenos Aires, pero ahora sé que no puedo, porque creo que si recuerdo algo, por ejemplo, si hoy recuerdo algo de esta mañana, obtengo una imagen de lo que vi esta mañana. Pero si esta noche recuerdo algo de esta mañana, lo que entonces recuerdo no es la primera imagen, sino la primera imagen de la memoria. Así que cada vez que recuerdo algo, no lo estoy recordando realmente, sino que estoy recordando la última vez que lo recordé, estoy recordando un último recuerdo. Así que en realidad no tengo en absoluto recuerdos ni imágenes sobre mi niñez, sobre mi juventud."
     Después de evocar estas palabras de su padre, Borges calló durante unos segundos que me parecieron eternos, y luego añadió: "Intento no pensar en cosas pasadas porque si lo hago, sé que lo estoy haciendo sobre recuerdos, no sobre las primeras imágenes. Y eso me pone triste. Me entristece pensar que tal vez no tengamos recuerdos verdaderos de nuestra juventud."

     Fragmento de "París no se acaba nunca", de ENRIQUE VILA-MATAS. ANAGRAMA. Narrativas Hispánicas. Barcelona. Edic.2003


......a contracorriente recuerdos mis primeros libros, las lecturas amadas, las buscadas, las ocasionales, los préstamos, la posesión de un libro....qué extraño me suena esto último....¿se puede poseer un libro en realidad?....amo los libros y sus historias guardadas, cada vez que uno se despliega ante mi, inicio un viaje espléndido, el que me conduce a mi misma pasando por los más inverosímiles lugares y tiempos sin tiempo, como relojes de campana que han quedado estáticos allí, justo allí donde no era lo previsible....M.O
                                                                                                                                     Fotos: M.O
                                                                     --- · ---
                                                                                                                                     


















jueves, 17 de noviembre de 2011

INCERTIDUMBRE...

   Al fondo línea de luces, perfectamente alineadas, titilantes.
Un cortinado de tonos claros corta en línea recta el manto negro del cielo.
   En algún lugar, no muy lejano, la lluvia despliega sus bondades.    La ciudad se tiende...adormecida.
   Algunas luces brillantes en un ventanal. Los edificios, medianamente altos, se yerguen sobre las casas bajas, enrejadas.
No duermen. Son muy pocos los que logran dormir.
   Las cortinas se mecen al ritmo de la brisa nocturna. Pasan vehículos. Mucho ruido.
En un club cercano algunos juegan, distendidos.
   Un diminuto grillo corta con sus alitas el desatino noctámbulo de la humanidad. 
Risas cercanas. Diálogos que se extravían en las escaleras pulcras y eficientemente desinfectadas. 
Uniformes blancos, anchas batas verdes. 
Quizá sean unos pocos los que duerman.
   Casi todos piensan en la gravedad de la situación, en el por qué, en qué harán luego...cada minuto se estira, se torna interminable.
Un libro con marcador.
Dos vasos transparentes.
Una heladerita pequeña.
Un ovillo de piolín y una aguja de crochet.
Ansiedad. Compás de espera.
El lento gotear del suero...
   Cercanas se oyen las campanadas de la Iglesia de la Piedad.
En el tenue lucerío se destaca el antiguo edificio de ladrillos vistos.




                                                                                                                                                                                     



Paraná nocturna.






El reloj eterniza la noche.***


Texto: M.O
Fotos: Paraná hacia el mundo.

sábado, 12 de noviembre de 2011

La trama...

   El límite es difícil de visualizar. Muchas veces creemos que nuestros límites han llegado a su punto máximo y no es así. Otras el límite que establecemos resulta ser un alambrado demasiado cercano, encierra el riesgo de confinarnos en una cárcel que construímos sin darnos cuenta de ello. Los demás también establecen límites y, en este juego de barreras y muros no se ve con claridad hasta dónde llegan los propios y cuáles son los ajenos.
            
    Encontrar el centro, el equilibrio y el bienestar espiritual es un trabajo cotidiano, segundo a segundo...En algunas oportunidades el mundanal ruido nos enajena de nosotros mismos, ese ruido intenso no es canción, no es música, es sólo ruido...volver a encontrarnos, retomar el sendero, siempre se sabe si se ha logrado hacerlo. Desde adentro surge un estado de paz, sosiego, calma...sólo que es esquivo, no siempre logramos dejarnos ir en ese flujo de la vida que  nunca es estanco. Vivir....un desafío? un estado inmanente? una fiesta? un "valle de lágrimas"? un continuum con sobresaltos?

    Tantas preguntas, tantas respuestas que no nos satisfacen...quizá el secreto esté en la pregunta misma, tal vez ese interrogante que no termina encierra toda la sabiduría y, al mismo tiempo, nunca la retiene para sí.***


noche, luna, nubes........

cielo, crepúsculo .....


aurora......y el mar.....
                                                         Texto: M.O
                                                          Fotos: M.O







martes, 8 de noviembre de 2011

La culpa...

como una puntada que nunca termina
un aguijón que no desaparece
una estocada en el centro del pecho
dardo justo en el corazón
dolor profundo y perenne
eternidad.*


                 Texto: M.O


Máscara veneciana.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Poemas varios...

Nostalgias.

Cascarita de naranja...qué sabor...qué aroma..
Ante mi se desliza la infancia;
los juegos compartidos, transpirando en la carrera,
rodillas raspadas y sangrantes.
Las tías llegando en el viejo tren.
Muñecas. Casitas. Los amigos.
El mimbre gigante que oficiaba de escenario
para mis sueños de cantante.
La astilla entre los dedos.
El llanto compulsivo.
Mi mejor amiga yéndose para siempre del pueblo natal.
Fue como morir un poco....un desgarro profundo, difícil de olvidar...
Las mariposas cruelmente encerradas en pos de la fantasía.
Los rosales. El tordillo. El hipódromo. Mi padre. La ville, sabor
de manzanas, perfume dulzón.
Mi hermano pequeño llorando.
Mi primer responsabilidad ajena.
La escuela. Guardapolvos blancos. Almidón en las tablas. 
Moño de cinta satinada. Pelo de seda. Jabón. 
Ríos y ríos de sueños y proyectos.
Cataratas mágicas, arroyuelos frescos, carcajadas limpias.
Radioteatros sobre los fardos olorosos de la alfalfa.
Reminiscencias del abuelo, trigo deschalado, alambrados tirantes, pañuelo al cuello.
La abuela: batón estampado de fondo azulino. Pañuelito en la cabeza...
era alta, tan alta mi abuela..! Los marlos. El moledor de maíz.
Las chapas rojas del galpón haciendo de pizarra crujiente.
La galería, los helechos, la nácar, tan fina...tan bella, prendiéndose etérea en la pared
pintada de cal blanca.
Jazmínez al norte. Naranjos al sur..Níspero en el centro del patio.Camelias. Cedrón.
 Niditos inalcanzables y prohibidos del picaflor.
Sigilo, mirar y mirar, nunca tocábamos un nido.
La cocina a leña. Los tientos tirados. Los gatos negros y grises.
Las ausencias presentes. La silla. El viejo sillón del abuelo. Los bancos largos,
pulcros, cepillados..
Navidad. Los pasteles de hojaldre y las tortas esponjosas.
Recuerdo que mi abuelo un día ya no pudo hablar.
Llovizna y gris. Larga y serpenteante caravana de autos. El velorio. El entierro. 
El adiós...
Y pasan los años. De nuevo la vida. 
¡La casa ahora tan grande y vacía! ¡tan antigua!
Recuerdos.
Recuerdos de infancia.
Azahares en el jardín.
Ese aroma....ese sabor...
cascarita áspera de naranja y mandarinas...
un pasillo de luz y otra vez estoy allí...***



Ecos.

Como marioneta sin hilos,
tirada en un rincón, olvidada.
Fijos los ojos en un objeto cualquiera...
los hombros caídos, palidez intensa,
un desgarro abismal surgiendo como agua de fuente.
Sinsentido.
Por qué. Por qué. Para qué...
¿Existirá acaso ese instante del reencuentro?
¿Cuándo?......es eterna la pregunta, es eterna la mirada
perdiéndose en un ángulo del salón.
Sabe que no.
No.
Pero necesita creerlo.***


Sala de espera.

Impersonal. Un cuadro allí, nada especial...
Sillones y sillas, tapiz de cuero.
Pintura clara en las paredes.
Escritorio. Papeles. Teléfonos.
Eficiencia. Prontitud. Recetas y...
A un lado del salón alguien hojea -nerviosamente-
una revista de actualidad (desactualizada).
Otro mira un punto fijo, tamborilea sus dedos sobre el
respaldo del asiento standard.
Todos, al entrar, lo hacen con rapidez, evitando ver a los demás.
Todos, al marcharse, miran por sobre el hombro y las cabezas del resto...
Piensan: "¡qué enfermos están!"

y se van sin saludar siquiera.*** 



Poemas: M.O




martes, 1 de noviembre de 2011

Constataciones...

      Mientras esperaba -inútilmente por otra parte- que se dignara pasar el cole que tomo en la avenida que pasa frente a mi barrio, espiaba detrás de unas enormes ramas a ver si se acercaba con su porte de cascajo  antiguo y su cartel con una mínima luz anunciando Loreto-Centro no pude evitar seguir pensando en lo que ya venía haciéndolo, desde el mismo momento en que traspuse la puerta de mi casa.....En mi cabeza daban vueltas y más vueltas varias ideas, aunque prioritariamente giraban alrededor del sentido o sinsentido de la existencia, de que si viene dado...que si se lo damos, que hay sentidos parciales, utópicos, engañadores, auténticos, si existe en realidad un por qué de existir y un para qué en la existencia...en fin, devaneos que poco tenían que ver con el oprobio evidente de seguir esperando un colectivo que acabaría por no pasar...

Peces en Temaikén.
   
       Cuando me percaté por fin de que el tiempo había pasado y del susodicho ni noticias comencé a caminar, primero con la idea de abordar otro, que pasa justo a  tres cuadras de aquí, pero.....coincidencias con el desatino de la espera, al ir llegando -o al menos bastante cerca- a la otra parada, el 4 de San Benito pasó como si nada, ignorando totalmente mi ofuscación por haber esperado en vano el otro y por perderlo ahora con tan escaso margen de tiempo y espacio por recorrer....mon dieu!!!! (dije cosas peores pero me abstengo de reproducirlas aquí)..en tanto miraba las copas altísimas de los álamos y oía la musiquita que hacen las hojas que bailotean en un pecíolo alado pensé que tenía que haber un sentido, una construcción de sentido, una aproximación, al menos un esbozo. Apuré el paso porque, decididamente, llegaría tardísimo a mi clase de danza.
      En una nueva casa de comidas vi un señor pelado y rubio arreglando una vieja heladera, mientras -de espalda a la puerta- una chica morena hacía algo que supuse sería de tipo culinario -acorde al lugar, claro-. Por la avenida  los autos, camionetas, camiones, motos y otros cuatro ruedas iban tan rápido que me pregunté al pasar a dónde irían, que si tiene caso ir tan rápido...que de todos modos llegaremos irremediablemente en el momento justo. Crucé las vías poniendo cuidado en el agujero que dejó una laja al desprenderse del puentecito. En el gym música altísima y aparatos a full, pensé si era un buen modo para desestresarse..en fin, cada quién con su cada cuál...los lapachos ahora verdes enteros, pasó el tiempo de la fronda rosa, amarilla o blanca, álamos plateados, un viejo roble que es guardián de la verdulería donde un par de muchachos olían a ajos, revolviendo en un cajón de madera. Al atravesar la vereda de la veterinaria recordé a Gilberta, a Midarha, a mi Sashita....todos mis queridos animalitos que pasaron por allí y ya no pudieron volver. Reflexioné acerca de la sapiencia de Néstor, el veterinario, su bonomía, su profesionalidad..otra casa de comidas -pensé que hoy no se cocina en muchas casas, o hay mucha gente sola que no se cocina y prefiere comprarla hecha o....qué hora sería? no uso reloj y no me gusta andar con el celular en la mano, es más, trato de ignorarlo, asi que supuse que habría pasado más de un cuarto de hora de la clase. Más y más rápido, mis piernas se alargaban, tenían alas...el supermercado chino, el Eco, una familia conversando en la vereda -qué sentido le darían ellos..- doblé a la derecha, justo para que quedaran en mi retina los rostros cansados de dos empleados ya a punto de cerrar el super. Antes el Parque Gazzano, el lago artificial, dos chicos vestidos de negro parados en el portal, unas rositas rococó enredadas en un tejido, un jazmín blanco con perfume etéreo, la casa de la chica que pasean en silla de ruedas y no sostiene bien su cabeza, la mueve a un lado, a otro, mira sin mirar, al menos me da esa sensación cada vez que la observo....se deja llevar, cuál será el sentido para ella...Fui afirmándome en la idea de que existen sentidos parciales, que se unen quizá en la totalidad de nuestro ser, por ejemplo para mi había un sentido en querer llegar a la clase de danza, apropiarme una vez más de ese espacio en un tiempo en el cual otras mujeres dejan la danza y yo me aferro a ella, la estrecho, giramos, nos elevamos, hacemos un contrapunto de zapateos, es mágica y me alza en su vuelo, me dejo llevar....pero, volviendo al presente aún no he llegado.      Tomo a la izquierda por una calleja de barrio, algunos transeúntes, un kiosco, en una casa alguien golpea las manos:"está Ludmila?"-dice- mientras una pequeñita de rulos morenos la mira a través de un alto portón enrejado. Dos chicas jóvenes pasan a mi lado, van de jean, no llevan bolsos. Un amplio ventanal deja ver el interior a través de unas cortinas blancas y transparentes, trabajadas con pequeñas florcitas, símil crochet. En la esquina el almacén antiguo, las ventanas altísimas, la vieja heladera marrón. Enfrente la casa silenciosa de la verja con ligustrinas y el jardin desprolijo. Al doblar nuevamente diviso a lo lejos un grupo de chicuelos jugando en la calle con una pelota....un hombre apostado en la verja mira los que pasan, supongo también a mi. Qué cerca estoy...y qué lejos de haber dilucidado si existe o no el sentido de la vida, si se lo damos, en qué consiste, si es diferente para cada uno....un pequeño almacén también vende comidas caseras.....por Dios! nadie cocina?...y lo digo yo que de cocinera.....puffff ni ahí!!!! ja, me río mientras lo pienso, recuerdo el librito de cocina vegetariana que me regalaron, mis recetas inventadas, los olores, los sabores....escucho el agua que corre en la calle caer vertiginosa por una boca de tormenta, presto atención....no es como el ruido de las cascadas, tiene el ritmo de la ciudad, atropellada, corre sin saber dónde, cae de bruces, no  canta, se queja....vuelvo a girar, ahora a la izquierda, me recibe una alfombra de copos algodonosos sobre el pastito corto de la placita, los palo borrachos sueltan sus semillas y no las dejan golpearse al tocar la tierra, por eso lo del algodón de los copos blancos. Una veredita entre gramilla me conduce al viejo salón comunitario. Afuera la moto de Dany, uno de nuestros compañeros de danza, el auto de la profe sobre el cordón de Antelo, el sonido de los tacos, la música....Abren la puerta -que habían cerrado con llave- entro y explico brevemente mi demora, me cambio, me uno al grupo. Ya no pienso en el probable sentido ....despliego mis alas y vuelo mientras giro al compás de cuatro tiempos...

                                                                                        Texto: M.O
                                                                                         Foto:  M.O